Conocí a la persona perfecta para mí. No es la mejor persona del mundo, pero sí es la mejor de mi mundo. Me fui dando cuenta de que no estoy con nadie más a gusto que con él, y que me encanta todo lo que tenga que ver con su persona, hasta esas miles de tonterías que él dice. Me gusta absolutamente todo. Me gusta cuando sonríe, cuando bosteza, cuando anda, cuando me mira, me gusta hasta cuando se enfada. Me gustan sus ojos, sus manos, su boca, su nariz, su pelo, su cuello.. todo. Por eso no quiero mirar otros ojos, no quiero agarrar otras manos, no quiero acariciar otro pelo. No me importa si los hay mejores o peores, porque todo lo que quiero está en él y eso es lo que me importa.
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